36440581-56523628-generated-thumbnail.jpg
Mira cómo se desarrolló el ataque "Telaraña" de Ucrania contra Rusia
02:20 - Fuente: CNN
02:20
CNN  — 

Casi un millón de soldados rusos han muerto o resultado heridos en la invasión a gran escala de Ucrania, según un nuevo estudio. El número representa una espeluznante medición del costo humano del ataque no provocado del presidente de Rusia, Vladimir Putin, que ya lleva tres años contra su país vecino.

Rusia probablemente alcanzará el millón de bajas este verano, según el estudio publicado el martes por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un centro de estudios con sede en la ciudad de Washington. Añadió que este “impresionante” hito es una “muestra del flagrante desprecio de Putin por sus soldados”.

De las 950.000 bajas rusas estimadas hasta la fecha, hasta 250.000 serían de soldados que han muerto, según el estudio. “Ninguna guerra soviética o rusa desde la Segunda Guerra Mundial se ha acercado siquiera a la de Ucrania en términos de tasa de mortalidad”, concluyó. Ucrania ha sufrido casi 400.000 bajas, añadió, con entre 60.000 y 100.000 fallecidos.

Aunque Kyiv no revela sus pérdidas en combate y se cree que Moscú subestima drásticamente sus bajas, las cifras del CSIS coinciden con las evaluaciones de inteligencia británicas y estadounidenses.

En marzo, el Ministerio de Defensa británico estimó que Rusia había sufrido alrededor de 900.000 bajas desde 2022. Durante meses, ha estimado que Rusia pierde alrededor de 1.000 soldados al día, entre muertos y heridos. Según esta tendencia, se espera que Rusia supere el umbral del millón en las próximas semanas.

Contra las afirmaciones de algunos legisladores occidentales de que Rusia tiene el control en la guerra en Ucrania, el estudio del CSIS utilizó las cifras de bajas rusas, así como estimaciones de sus pérdidas de equipo pesado y su lento avance territorial, como evidencia de que el ejército de Moscú “ha tenido un desempeño relativamente pobre en el campo de batalla” y no ha logrado todavía sus principales objetivos bélicos.

still_21674034_3371_still.jpg
Video muestra la explosión del puente que une Rusia con Crimea
01:26 - Fuente: CNN
01:26

Tras repeler el ataque relámpago inicial de Rusia en 2022, la guerra se ha vuelto de desgaste. Mientras Kyiv se atrincheraba, Moscú canalizaba cada vez más tropas hacia lo que se conoce como asaltos de “picadora de carne”, lanzando a los soldados a campañas para obtener solo ganancias territoriales marginales, según el estudio.

En la región nororiental de Járkiv, las fuerzas rusas han avanzado un promedio de tan solo 50 metros por día, según el estudio. Esta cifra es más lenta que el avance británico y francés en la Batalla del Somme, durante la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial.

El lento ritmo de avance ha implicado que Rusia se ha apoderado de tan solo el 1 % del territorio ucraniano desde enero de 2024, una superficie que los autores calificaron de “irrisoria”. Rusia ocupa ahora alrededor del 20 % del territorio ucraniano, incluyendo la península de Crimea, que Moscú anexó en 2014.

Sin embargo, la disminución de las ganancias territoriales de Rusia no ha provocado un cambio de estrategia. Para sostener la asombrosa tasa de bajas de Rusia, el Kremlin ha reclutado a convictos de sus prisiones y ha recibido a más de 10.000 soldados de su aliado Corea del Norte, pero ha dejado a los hijos de las élites de Moscú y San Petersburgo en gran medida intactos.

Reclutas rusos en fila en un centro de reclutamiento en la región de Leningrado en abril.
Unos peatones pasan junto a un aviso publicitario que anuncia un contrato de servicio militar en San Petersburgo, en enero.

En cambio, Moscú ha reclutado soldados en el extremo norte y el extremo este del país, donde los hombres se han visto atraídos por paquetes salariales que cambian la vida de las comunidades más pobres de esas regiones. “Putin probablemente considera a este tipo de soldados más prescindibles y menos propensos a socavar su base de apoyo interna”, señaló el estudio.

Mientras que Ucrania, una democracia con una población inferior a la cuarta parte de la de Rusia, ha enfrentado cierta resistencia ante la movilización de más tropas, Rusia, donde las críticas a la guerra han sido prohibidas, no ha enfrentado una disidencia significativa. Sin embargo, con la guerra ya en su cuarto año, los autores advirtieron que el “costo de sangre” de su prolongada campaña podría representar un punto débil para Putin. Aunque Rusia ha tenido la “iniciativa” en el conflicto desde principios de 2024, los autores afirmaron que la naturaleza desgastante de la guerra ha dejado “pocas oportunidades para avances decisivos”.

Por el contrario, la principal esperanza de victoria de Rusia “es que Estados Unidos suspenda la ayuda a Ucrania” —como hizo brevemente el presidente Donald Trump a principios de este año— y “se retire del conflicto” —como han amenazado con hacer funcionarios de su Gobierno.