El despliegue de militares de California por orden del presidente Donald Trump está obligando a los demócratas a volver a un terreno políticamente riesgoso, mientras buscan maneras de condenar sus acciones sin verse arrastrados a un debate amplio sobre inmigración o atarse a las caóticas escenas que emergen de Los Ángeles.
Los republicanos están disfrutando de una pelea que desvía la atención de su debate intrapartidista de meses sobre legislación fiscal y de gasto y la compleja ruptura política de Trump y Elon Musk, y hacia lo que ven como las mayores vulnerabilidades de los demócratas: inmigración, aplicación de la ley y desorden público.
El senador por Pensilvania John Fetterman advirtió a sus compañeros demócratas sobre las imágenes que llegan desde California, donde estallaron protestas el viernes tras redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que derivaron en hechos de violencia. Algunos manifestantes lanzaron objetos contra agentes, saquearon negocios, bloquearon una autopista principal y prendieron fuego a vehículos autónomos, mientras la policía antidisturbios respondió con balas de goma para dispersar a las multitudes. Aunque muchas de las protestas han sido pacíficas, las imágenes de autos en llamas y caos se han difundido ampliamente en redes sociales y medios tradicionales.
“No se puede defender cuando la gente empieza a incendiar cosas, a dañar edificios o a atacar a de las fuerzas del orden. Eso no es libertad de expresión. Eso no es una protesta pacífica”, dijo Fetterman este martes.
Fetterman, quien fue vicegobernador de Pensilvania durante las protestas por la justicia racial en todo el país en 2020, dijo que los demócratas “deberían haber aprendido la lección en 2020. Sin duda, hubo una indignación justificada por lo que le sucedió a George Floyd, pero eso nunca significa que se pueda apoyar o guardar silencio si hay destrucción, disturbios, saqueos y ese tipo de cosas”.
Afirmó que “no está juzgando a ninguno de sus colegas de su partido”, pero advirtió: “No puedes quedarte callado ante esas cosas. Tienes que llamarlas por lo que realmente son”.
Debate sobre la aplicación de la ley
Algunos demócratas coinciden en privado con Fetterman, afirmando que los líderes de su partido deben ser más enérgicos al condenar el comportamiento de los alborotadores. Los legisladores en distritos electorales clave también se preocupan por las consecuencias políticas a futuro, sobre todo si los activistas del partido retoman un viejo lema de batalla por la abolición del ICE.
Y mientras tanto, creen que los demócratas se verán obligados a lidiar con una pregunta existencial: ¿apoyan a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley federal para que realmente hagan cumplir la ley federal de inmigración?
En una clara señal del tenso momento político, legisladores de todo el espectro ideológico del Partido Demócrata emitieron advertencias este martes contra la violencia.
El senador de Vermont Bernie Sanders, un independiente progresista que participa en el grupo parlamentario demócrata, instó a los manifestantes a exhibir la misma “resistencia disciplinada y no violenta” a Trump que los líderes de los derechos civiles utilizaron para poner fin a la segregación.
“Las protestas violentas son contraproducentes y encajan con el plan de Trump”, dijo en X.
El representante de Texas Henry Cuellar, un demócrata conservador que ha representado durante mucho tiempo a un distrito del Valle del río Grande, dijo en una declaración que “cuando la gente comienza a lanzar ladrillos y martillos a las fuerzas del orden, eso ya no es protesta, eso es criminal”.
“Podemos debatir políticas sin atacar a quienes llevan la insignia y trabajan para mantenernos seguros”, dijo Cuellar.
Trump, por su parte, ha culpado a los demócratas en general y al gobernador de California, Gavin Newsom, y a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, específicamente por el mal manejo de la situación, diciendo en Truth Social que la ciudad “estaría ardiendo hasta los cimientos ahora mismo” si no hubiera desplegado militares allí.
Y los republicanos se han deleitado con enfrentar a Trump contra Newsom. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, declaró este martes a la prensa que Newsom, quien ha criticado duramente las medidas de la istración Trump, “debería ser castigado con la pena de muerte”.
“Está obstaculizando el cumplimiento de la ley federal por parte de la istración. Está aplaudiendo a los malos y obstaculizando a los buenos”, dijo Johnson.
“Avivar una situación ya explosiva”
Las acciones de Trump han puesto a los demócratas en una posición política complicada. El partido ha tenido dificultades para manejar el tema migratorio desde la victoria del expresidente en noviembre, dividido entre la indignación moral de su base por los esfuerzos de deportación sin precedentes y unas encuestas que, en términos generales, reflejan apoyo del público a la postura de Trump en esa materia. En particular, los sondeos han mostrado que la mayoría de los votantes quiere una política fronteriza más estricta que la que implementó la istración de Joe Biden durante buena parte de los últimos cuatro años.
Sin embargo, el panorama político se vuelve más confuso cuando se pregunta a los estadounidenses por los detalles de cómo Trump está ejecutando su promesa de campaña de llevar a cabo el mayor operativo de deportaciones en la historia del país.
En el pasado —especialmente cuando las fuerzas federales despejaron la plaza Lafayette, cerca de la Casa Blanca, durante las protestas de 2020—, las encuestas mostraron que los estadounidenses se oponían al uso de balas de goma y gases lacrimógenos, y también al despliegue de las Fuerzas Armadas dentro del país para contener manifestaciones.
Una encuesta de CBS News/YouGov realizada antes del estallido de las protestas en Los Ángeles arrojó resultados algo contradictorios: el 54 % de los estadounidenses dijo apoyar el programa de deportaciones de Trump, y el 55 % dijo estar de acuerdo con sus “objetivos”. Sin embargo, un 56 % señaló que desaprueba “la forma en que [Trump] está llevando a cabo” esas deportaciones.
Esta semana, los demócratas argumentaron que las acciones de Trump no han hecho más que agravar las tensiones en California.
El senador por Arizona Mark Kelly comparó el envío de la Guardia Nacional y de infantes de Marina a Los Ángeles con “encender la chispa en una situación ya tensa”.
“Tomó decisiones que agravaron un problema. Era un problema, sí, pero estaba bajo control. Y ahora la situación es peor por lo que hizo”, dijo Kelly a CNN.
Los demócratas también acusaron a Trump de actuar con hipocresía, al recordar que tardó en desplegar a la Guardia Nacional el 6 de enero de 2021, cuando sus simpatizantes irrumpieron en el Capitolio de EE.UU. y atacaron a los agentes.
“Le suplicamos al presidente de Estados Unidos que enviara a la Guardia Nacional. No quiso hacerlo”, dijo este martes la representante por California Nancy Pelosi, quien en ese entonces era la presidenta de la Cámara de Representantes.
Uso de las Fuerzas Armadas
El representante californiano Ro Khanna dijo a CNN el lunes, frente al Capitolio, que los demócratas “deben seguir condenando de forma inequívoca la violencia, las amenazas o los ataques contra agentes de las fuerzas del orden. Eso no tiene cabida”.
No obstante, el congresista progresista agregó que las acciones de Trump son inconstitucionales.
“Uno puede sostener dos ideas: que la violencia política debe ser absolutamente condenada, que el vandalismo debe ser condenado, pero que la respuesta adecuada corresponde a la policía estatal y local; no se puede desplegar al Ejército contra nuestra propia gente, a menos que exista una verdadera crisis”, dijo Khanna.
El representante por Massachusetts Seth Moulton expresó una postura similar: “No hay justificación alguna para la violencia”.
“Si protestas porque los agentes de ICE a veces actúan con violencia, responder con violencia no ayuda a tu causa”, señaló.
No obstante, Moulton también criticó el uso de las Fuerzas Armadas con fines políticos dentro del país.
“Esto no es una oportunidad para usar a los marines en activo contra el pueblo estadounidense. Y eso es exactamente lo que está haciendo Trump”, dijo.
Trump contra los gobernadores demócratas
Trump ha utilizado a Newsom como contrapunto al desplegar militares en el área de Los Ángeles, e incluso sugirió el lunes que el “zar de la frontera”, Tom Homan, debería arrestar al gobernador. Newsom, un posible candidato presidencial para 2028, ha aceptado el enfrentamiento y ha retado públicamente a Homan a arrestarlo.
El propio Newsom se ha mantenido en o regular con legisladores en el Congreso y, según dos fuentes conocedoras de la situación, el lunes realizó una sesión informativa con la delegación californiana y el jefe de la Guardia Nacional del estado para actualizarlos sobre las medidas de Trump. La oficina de Newsom también ha distribuido copias de algunos de los ataques en su contra, incluidas las declaraciones de Trump pidiendo su arresto, a las oficinas de legisladores demócratas en la Cámara de Representantes, agregaron las fuentes.
Las escenas que se viven en California también están llevando a otros líderes demócratas a preguntarse qué harían si Trump tomara medidas similares en sus estados. Y muchos temen no tener cómo detenerlo.
La representante Mikie Sherrill, una de las candidatas demócratas en las primarias para la gobernación de Nueva Jersey celebradas este martes, dijo que la decisión de Trump “demuestra la creciente incompetencia que proviene de Washington y el nivel constante de caos que casi parece generado intencionalmente”. Sherrill también advirtió que las misiones militares son muy distintas a las funciones de las fuerzas del orden dentro de Estados Unidos.
Otro candidato demócrata a la gobernación de Nueva Jersey, el representante Josh Gottheimer, hizo referencia a las acciones de Trump durante un discurso. Dijo que las escenas en California dejan claro “lo que está en juego en estas elecciones y por qué es tan importante tener un gobernador dispuesto a dar la pelea”.
La Asociación de Gobernadores Demócratas calificó como “un alarmante abuso de poder” el despliegue de militares en California, en un comunicado firmado por 22 gobernadores. Sin embargo, el texto no abordó la manera en que el presidente está ejecutando su programa de deportaciones.
“Es importante respetar la autoridad ejecutiva de los gobernadores para dirigir sus respectivas Guardias Nacionales y respaldamos al gobernador Newsom, quien ha dejado claro que la violencia es inaceptable y que las autoridades locales deben poder hacer su trabajo sin el caos generado por esta injerencia e intimidación federal”, señaló el comunicado de los gobernadores demócratas.